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La violación de Lucrecia (Tarquinio y Lucrecia) Tiziano 1568 |
Concebimos Roma como una ciudad esplendorosa y con aires de imperio antiguo sin embargo los origines de Roma fueron humildes.
Situémonos entonces en esa Roma en el año 508 antes de Cristo. El año anterior, Clístenes había creado la democracia ateniense en Grecia y Roma hacia muy poco se había deshecho de su rey. Según las crónicas de la época, el último rey de romano, Tarquinio el Soberbio, había sido desterrado por violar a una muchacha.
La ausencia del monarca reclamaba alguna forma de gobierno que pusiese en orden la ciudad y ese orden llego de la mano del recién formado Senado. El Senado no tenía nada de democrático, simplemente era un grupo de aristócratas con dinero e influencia, las mismas personas que habían decidido expulsar al rey.
Roma por aquellos tiempos era un crisol de pueblos diferentes que siempre había sido dirigida por el más poderoso de ellos. Es decir, los reyes siempre habían sido parte del pueblo etrusco, los vecinos de Roma, y quizás esta fuera la verdadera razón que había puesto de acuerdo al Senado en contra de la monarquía.
Así fue el principio de la República Romana. Pero el senado no se comporto mejor que sus monarcas y al igual que ellos persiguió cruelmente a los nostálgicos del antiguo régimen mientras Tarquinio el Sobervio buscabas apoyos entre los etruscos para devolver a Roma a la influencia de su pueblo.
Por aquel entonces la liga etrusca estaba liderada por el rey Lars Porsena. Lars vio en este conflicto domestico la oportunidad de extender su poder sobre una de las mas prosperas ciudades de la península itálica y de consolidar su influencia sobre los demás pueblos. Tomar Roma era una demostración de fuerza estratégica.
El rey etrusco formo un ejército de enorme proporciones y marcho hacia Roma. Los etruscos conocían su objetivo (ya se los podía contar su aliado político, Tarquinio el rey de Roma). Lo más relevante para Lars seria que la ciudad estaba defendida por varios de sus lados por murallas pero por uno estaba protegido por el río Tíber. Sin embardo sobre el río había un puente de madera bastante sólido, el puente Sublicio, que permitía a los agricultores romanos acceder a los campos del otro lado. Lars tenía que tomar ese puente si quería evitar un asedio que debilitara sus fuerzas.
Los romanos no se sorprendieron cuando vieron a los etruscos acercarse por aquel lugar, es más, ya los esperaban sus ejércitos formados para la batalla en tres secciones. La idea era resolver la batalla en la misma campiña y evitar que llegasen al río. Pero no era más que una idea.
Los etruscos se impusieron en número y con ferocidad. Los romanos se vieron obligados a retroceder y cruzaron el puente para salvar sus vidas mientras los etruscos los perseguían de cerca.
En el puente los invasores perdieron la superioridad numérica debido a la estreches del mismo, pero aun así todo parecía perdido para Roma hasta que un guerrero romano (bastante espabilado) de nombre Horacio Cocles, dio la orden de derribar el puente.
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Ilustración idealizado de Horacio Cocles defendiendo el puente. |
Horacio contuvo a los etruscos mientras sus compañeros
pasaban al otro lado. Cuando todos alcanzaron la otra orilla Horacio se quedo
peleando en solitario o eso dicen las crónicas, aunque seguramente se quedara
al mando de un pequeño grupo defensor.
Recordemos que el río Tíber es un río grande y caudaloso, los guerreros que caían del puente se ahogaban empujados hasta el fondo por las corazas, los escudos y las armas, sin olvidar aquellos que se hundían por las heridas.
Finalmente los romanos demolieron el puente haciendo uso de hachas y probablemente de fuego. Cuando el puente cedió se precipito sobre el agua y todos los guerreros cayeron con él. Lars vio desde la orilla como su batalla campal pasaba a convertirse forzosamente en un asedio.
Las crónicas nos cuentan que el valeroso Horacio, así como estaba, nado hasta la orilla donde le esperaban sus amigos y salvo su vida. Lo que nos hace suponer que el puente se derrumbo justo cuando Horacio se encontraba cerca de la orilla y que los enemigos que llegaron hasta ahí fueron masacrados en el agua. De no ser así lo más probable es que Horacio se hubiera ahogado junto con el enemigo. Lo cierto es que los romanos le dedicaron una estatua y su familia recibió tierras. Horacio era un héroe y poco importaba si estaba vivo o no.
Este fue el primer acto heroico que conoció de la república romana y el mismo que más tarde los senadores utilizarían como ejemplo de patriotismoy compromiso ciudadano. A veces seria manipulada para justificar una engañosa superioridad romana con respecto a sus vecinos.
Pero ¿Cómo termino la guerra?
La guerra entre Roma y los etruscos continúo. Lars se retiro sabiéndose incapaz de mantener un asedio sobre la ciudad pero con la intención de encontrar un momento más oportuno. De momento el etrusco había demostrado que su ejerció era superior en la batalla en campo abierto.
Pero a los etrusco les esperaba otro acto heroico que pondría fin al conflicto, sin embargo esa es otra historia que contaremos en otra oportunidad.
Ahora hablemos del acto heroico de Horacio Cocle. Así de pronto huele mucho a espartano transpirado. Esta historia parece una copia de la batalla de las Termópilas liderada por el rey Leónidas contra Jerjes y los persas. Por la misma razón los romanos la exaltaron.
Para una persona nada heroica la actitud del héroe viola el instinto de supervivencia que todos llevamos programado dentro, pero para comprender las motivaciones que empujaron a este romano a cometer su acto no hay que imaginar un desmedido coraje o la existencia de algún ideal sobre la patria, la libertad y la república; Roma era un rompecabezas de distintas identidades: latinos, umbríos, etruscos, entre otros. Lo que hacia Horacio en ese puente era proteger a su familia. Al poco tiempo su hermano (el de Horacio) llego a ser Senador.
A veces el miedo que produce que todo lo que amamos sufra o sea destruido es suficiente para que una persona sacrifique su propia vida (como seres sociables sí que estamos programados para eso). Pero para que un acto sea heroico depende de quién lo cuente y de cómo se desarrollen los acontecimientos porque un acto heroico puede fácilmente convertirse es una muerte inútil.
Así que yo les recomiendo a todos los que estén pensando en defender Roma de los etrusco, que se tomen el momento para pensar y que, si luchan, lo hagan con un flotador debajo de la armadura.
Recordemos que el río Tíber es un río grande y caudaloso, los guerreros que caían del puente se ahogaban empujados hasta el fondo por las corazas, los escudos y las armas, sin olvidar aquellos que se hundían por las heridas.
Finalmente los romanos demolieron el puente haciendo uso de hachas y probablemente de fuego. Cuando el puente cedió se precipito sobre el agua y todos los guerreros cayeron con él. Lars vio desde la orilla como su batalla campal pasaba a convertirse forzosamente en un asedio.
Las crónicas nos cuentan que el valeroso Horacio, así como estaba, nado hasta la orilla donde le esperaban sus amigos y salvo su vida. Lo que nos hace suponer que el puente se derrumbo justo cuando Horacio se encontraba cerca de la orilla y que los enemigos que llegaron hasta ahí fueron masacrados en el agua. De no ser así lo más probable es que Horacio se hubiera ahogado junto con el enemigo. Lo cierto es que los romanos le dedicaron una estatua y su familia recibió tierras. Horacio era un héroe y poco importaba si estaba vivo o no.
Este fue el primer acto heroico que conoció de la república romana y el mismo que más tarde los senadores utilizarían como ejemplo de patriotismoy compromiso ciudadano. A veces seria manipulada para justificar una engañosa superioridad romana con respecto a sus vecinos.
Pero ¿Cómo termino la guerra?
La guerra entre Roma y los etruscos continúo. Lars se retiro sabiéndose incapaz de mantener un asedio sobre la ciudad pero con la intención de encontrar un momento más oportuno. De momento el etrusco había demostrado que su ejerció era superior en la batalla en campo abierto.
Pero a los etrusco les esperaba otro acto heroico que pondría fin al conflicto, sin embargo esa es otra historia que contaremos en otra oportunidad.
Ahora hablemos del acto heroico de Horacio Cocle. Así de pronto huele mucho a espartano transpirado. Esta historia parece una copia de la batalla de las Termópilas liderada por el rey Leónidas contra Jerjes y los persas. Por la misma razón los romanos la exaltaron.
Para una persona nada heroica la actitud del héroe viola el instinto de supervivencia que todos llevamos programado dentro, pero para comprender las motivaciones que empujaron a este romano a cometer su acto no hay que imaginar un desmedido coraje o la existencia de algún ideal sobre la patria, la libertad y la república; Roma era un rompecabezas de distintas identidades: latinos, umbríos, etruscos, entre otros. Lo que hacia Horacio en ese puente era proteger a su familia. Al poco tiempo su hermano (el de Horacio) llego a ser Senador.
A veces el miedo que produce que todo lo que amamos sufra o sea destruido es suficiente para que una persona sacrifique su propia vida (como seres sociables sí que estamos programados para eso). Pero para que un acto sea heroico depende de quién lo cuente y de cómo se desarrollen los acontecimientos porque un acto heroico puede fácilmente convertirse es una muerte inútil.
Así que yo les recomiendo a todos los que estén pensando en defender Roma de los etrusco, que se tomen el momento para pensar y que, si luchan, lo hagan con un flotador debajo de la armadura.